He leído hoy en la prensa internacional la impactante
noticia sobre las cartas de amor enviadas al autor de la masacre de Boston.
Omitiendo el sutil encanto del mal y el deseo de transgresión me gustaría reflexionar por un momento sobre cuanto sean maleables las mentes de las adolescentes americanas y luego los de las personas a las que se dirige la primera máquina mediática del mundo.
¿Qué impulsa a estas chicas a seguir un ídolo en lugar del otro?
¿Qué le hace caer en amor con esto o aquello?
La belleza? Inteligencia?
NO
Ser un personaje mediático.
Reflexionaba precisamente sobre este audaz emparejamiento dado que Bieber (ídolo de mi nieta) es exactamente lo que la clase política estadounidense quiere que sea el canon típico americano
Blanco, rubio y bien vestido.
Y por lo tanto donde se posiciona Tzarnaev?
No tiene posición es... sólo famoso.
Eso es el punto, personas que deciden nuestros gustos ...
En este punto parece obvio el tácito consentimiento de una lobby detrás de la elección de la música y el cine, la elección de un personaje para promover y convertirlo en un símbolo a seguir.
¿Qué propongo?
Nos salvamos nosotros con la cultura, fomentamos la participación activa de la juventud, insistimos en eso...
Y quizás estas cosas no sucederán nunca más.
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